YUNQUE

Pues ya está. Aunque más de una vez pensé que moriría en el intento y otras tantas que no lo conseguiría, al fin, ya está. Yunque, antes conocida como Buena Suerte, está acabada. Han sido algo más de tres años y medio, un millón de cambios, otro tanto de preocupaciones, ración y media de agobios y cuarto y mitad de paciencia de Laura (o un poco más). 

Aunque el primer "registro documental" que tengo de la novela es del 6 de octubre de 2013, ese documento tiene unas 25000 palabras, lo que ubicaría el comienzo "real" como mínimo en julio de ese mismo año. Teniendo en cuenta que ha habido meses que he dedicado muchas, muchísimas horas, otros que no he dedicado tantas y otros que directamente la he olvidado, me es imposible saber el número de horas exacto invertido. Sin embargo, me atrevería a decir que una media bastante realista sería una hora y media al día. Un cálculo rápido nos devuelve 1890 horas, o 113400 minutos, que parecen bastantes. Si tenemos en cuenta que la versión final tiene 136500 palabras, haciendo un cálculo rápido, podría decirse que escribir cada una de esas palabras me ha costado en torno a 50 segundos. 

Ya está registrada en el Registro de la Propiedad Intelectual. ¿Ahora, qué?

Lo primero, comenzar a distribuirla. Tras redactar una breve carta de presentación, una sinopsis y un somero currículum literario, de momento he remitido el manuscrito a siete agencias literarias (Antonia Kerrigan, Carmen Ballcels, MB, Página Tres, IMC, Ute Körner y Albardonedo) y cuatro editoriales (Tusquets, Malpaso, Sexto piso, Hueders, Edhasa). En breve lo enviaré a Anagrama, Alfaguara (Penguin Random House) y Seix Barral (Planeta). Estoy a la espera de varias contestaciones relativas a la recepción de manuscritos no solicitados por parte de un par de agencias, pero aparte de eso, y quizá algún sello adicional, no tengo intención ahora mismo de moverlo (el manuscrito) mucho más... Aunque eso puede cambiar tan pronto como la semana que viene. Lo siguiente será esperar y cruzar los dedos. Estoy francamente contento con el resultado conseguido, pero creo que la satisfacción personal tiene poca relevancia en esta fase.

Cerrado al menos de momento este capítulo, ¿qué hay en el horizonte? Varias cosas. Demasiadas, en realidad.

Primero, recuperar mi vida, que lleva congelada desde octubre de 2016. Lo siguiente, volver a mover la página de Facebook y revivir el blog. Me gustaría poder escribir al menos un relato a la semana (no más de 500 palabras) y algún artículo de opinión. También quiero recopilar los principales relatos y microrrelatos del blog, revisarlos a fondo, empaquetarlos en un ebook y publicarlos en Amazon a un precio simbólico (0,99 € o menos), solo por probar. Otra cosa que he de afrontar es la lectura de los ciento cincuenta mil libros que tengo pendientes. Y más adelante, quizá hacia el verano, quizá un poco antes, quizá un poco después, empezar con la segunda novela, de la que si algo tengo claro es que no quiero que tenga más de 75000 palabras. Un infierno cada 10 años es suficiente tortura.

Les voy contando.